Estuvimos en el estreno en cines del documental «Kedi – gatos de Estambul». Hoy os ofrecemos nuestra opinión sobre la película.
Una ciudad que respeta a sus gatos
La película documental «Kedi – Gatos de Estambul» nos presenta una ciudad muy peculiar, con unos habitantes peculiares.
Capital de cantidad de estados históricos, fruto de diversos momentos de la región. Estambul es hoy en día el centro cultural, económico e histórico de Turquía, aunque su capital se encuentre en Ankara. Sobra decir que es una ciudad tremendamente turística, y de un tamaño tal que paseando por sus calles puedes encontrar representado todo un pequeño país.
En sus calles habitan más de 14 millones de personas, y cientos de miles de gatos. Generalmente, la convivencia entre ambos es buena, siendo los gatos un signo distintivo que no siempre se encuentra en las guías turísticas. Sin embargo, te bastará un vistazo en Youtube para comprobar cómo los gatos han resultado ser habitualmente uno de los atractivos para los turistas occidentales, menos habituados a ver esta buena convivencia (y respeto) entre gatos y humanos en la ciudad. Sus calles han generado incluso memes gatunos, como el del famoso gato Tombili, que fue homenajeado con una estatua tras su muerte.
Una directora amante de los gatos
Ceyda Torun, directora de «Kedi – Gatos de Estambul», creció en esta ciudad hasta los 11 años. Según sus propias palabras, tuvo entonces más amigos felinos que humanos, y no sería la misma persona que hoy es si no fuera por los ellos. Ceyda se declara una amante de los gatos, y sin duda en su película se aprecia que, además, los conoce bien.

Cada vez que Ceyda regresaba de visita a Estambul, observaba los cambios sociales y demográficos que experimentaba la ciudad a pasos agigantados. Así que, cuando como productora y directora cinematográfica, asumió el reto de filmar un documental sobre Estambul, tuvo que buscar un elemento que fuera a la vez representativo y permanente, algo que trascendiera al tiempo e incluso a la propia población humana de la ciudad. Ceyda se reencontró con la población felina y supo que sus viejos amigos iban a ser los protagonistas de la película. El título salió casi automáticamente: Kedi («gato», en turco).
Si te gustan los gatos, Kedi te va a gustar
Si te gustan los gatos, Kedi es una película que tienes ver. Te aseguro que te va a gustar.
Los protagonistas de la película son siete gatos que viven en esta ciudad, cada uno con su realidad y personalidad propias. Algunos viven bajo la comodidad de un techo, otros han aprendido a ser pícaros en la universidad de la calle, algunos se dejan querer, otros son altivos, algunos no pueden parar, otros disfrutan de los placeres de la quietud…
«Todos tienen su personalidad, como la gente. Si te fijas, somos iguales», dice alguien en la película.
A todos ellos presenta el documental, a través de preciosas imágenes de su día a día, y entrevistas a las personas que tienen la oportunidad de conocerlos bien. Con las imágenes nos sentimos como un gato más en la ciudad de Estambul, siguiéndoles en sus juegos, sus cacerías, sus relaciones con otros gatos… Con los testimonios descubrimos el amor y respeto que los humanos profesan a los gatos en esta ciudad.
Si conoces a los gatos, reconocerás el comportamiento felino de los protagonistas. Reirás con sus ocurrencias y juegos. Te enternecerá el cuidado que los humanos les brindan con respeto.
Aunque no todas las historias son bonitas en Kedi. También pasamos por momentos difíciles para algún gato. La película deja además una preocupante reflexión sobre el futuro de los gatos en la ciudad, y de los humanos que los aman, con el avance imparable de los nuevos modelos de urbanismo y sociedad.
Y sin embargo… Kedi no va de gatos
Pero sin incluso no eres un amante de los gatos, la película tiene mucho que decirte. Y es que, realmente, Ceyda Torun nos está haciendo una inteligente «trampa». La película documental realmente habla de Estambul, de su población humana, de sus anhelos, de su espiritualidad, temores y esperanzas, de su realidad social.
Los gatos están por todas partes. En las calles, en los comercios, en las casas. Juguetean en un mercado de un barrio humilde, se dejan admirar por los turistas en una zona comercial de alto standing, se entienden con los pescadores en el puerto, controlan sus dominios entre el caos de un taller… Y allí donde ellos están, hay un mensaje para las personas inteligentes que saben leerlo. Estambul está lleno de este tipo de personas, y el documental es un recorrido por las enseñanzas que cada entrevistado ha obtenido de sus conciudadanos los gatos. Enseñanzas que hablan de ellos mismos como personas, de la sociedad en la que viven, de su relación con el lado más natural de la vida…
Un pescador humilde que lo perdió todo y lo volvió a encontrar en los gatos. Una chica joven que busca el modo de expresar su feminidad en una sociedad restrictiva. Unos vecinos que observan cómo la nueva ciudad avanza y arrasa con la tradición. Una pintada de carácter político frente al que se detiene un gato. Situaciones cotidianas a las que los gatos dan un significado especial.
Como el lenguaje de los gatos es universal, realmente la película habla de todos nosotros. Nos vemos reflejados en muchas de las reflexiones del documental. Algunas nos sorprenden, en otras nos preguntamos cómo actuaríamos nosotros en las mismas circunstancias, algunas nos enfrentan a nosotros mismos y nuestra realidad, nuestra relación con la naturalidad, o cómo nos dejamos llevar por la vorágine de nuestras ciudades sin pararnos a pensar y disfrutar de las pequeñas cosas bellas que en cada rincón podemos encontrar.
«Un gato maullando a tus pies y mirándote, es la vida que te sonríe» explica alguien en la película.
Una película preciosa
Las imágenes son bellísimas en Kedi. Se puede argumentar que no hacerlo así era difícil, tratándose de gatos en la ciudad de Estambul. Pero además de ello la fotografía está verdaderamente cuidada. Las imágenes se reparten principalmente en tres planos a lo largo del documental. Conocemos la ciudad a vista de gato, a vista de humano y a vista de gaviota. Vemos Estambul como un gato lo ve, a ras de suelo a toda velocidad cuando la cámara les sigue en sus correrías, en las ramas de un árbol, o introduciéndonos directamente en una riña entre felinos por el domino de un territorio.
Nos situamos en el plano que nos es más conocido como humanos cuando los entrevistados hablan en el documental. Y volamos entre las gaviotas que miran impasibles la vida que bulle a sus pies, en secuencias rodadas con dron.
En realidad la película no cuenta una historia, ni siquiera siete, sino muchas más. El esquema es sencillo y se repite a lo largo de sus 80 minutos. Se nos presenta un gato, su vida, y la vida de «sus humanos» a través de él. Quizá esta repetición puede dar lugar en ocasiones a la sensación de lentitud. Sin embargo, nos absorbe tanto observar a los gatos, y su vida desde su propio punto de vista, que apenas nos damos cuenta de que el tiempo pasa. Ya sabes que es difícil aburrirse cuando hay un gato cerca ;)
A pesar de que las historias son distintas entre ellas, las transiciones son suaves, lo que da continuidad al desarrollo del documental. Las secuencias aéreas de la ciudad ayudan a «limpiar sensaciones» antes de abordar la historia de otro protagonista.
Nuestra impresión sobre Kedi
No queremos formar un «hype», pero tenemos que decir que «Kedi – Gatos de Estambul» nos ha gustado, y queremos recomendártela. Sea por su belleza, sea por su invitación a la reflexión, sea por las imágenes de Estambul, o sea (por supuesto) porque te gustan los gatos y disfrutarás viendo las bellas imágenes en pantalla grande.
Lo que han dicho de Kedi
Fuimos a ver el estreno de Kedi en cines. En Bigotes de gato organizamos una actividad alrededor de este estreno en Madrid, dentro de los «Desayunos Gatunos» que organizamos cada mes.
Esto es lo que algunos de los asistentes nos dejó por escrito sobre la película:
- «Un documental precioso y muy bien hecho […] Muy buena reflexión también. Perfecto»
- «Preciosa película, y muy tierna»
- «Me ha encantado Kedi. Ha mostrado que la independencia, la elegancia y el amor que inspiran los gatos es universal»
- «Una hermosa ciudad, y con los mejores guías posibles»
- «Preciosa y encantadora película»
- «Me quedé fascinado por la película»
- «Muy tierno documental. Admirable el amor que tiene la gente por los gatos en Estambul.[…] Una obra de arte»
- «Visualmente precioso y con testimonios muy tiernos»
- «Unas historias reales y maravillosas. Las imágenes, luz y fotografía preciosas y especialmente conmovedoras»
- «Emocionante. Aunque faltan gatos»
- «Me encantó la película. ¡Quiero ir a Estambul ahora y buscar a los gatos!»
- «Bellísima. Un canto a la vida, al respeto, a la convivencia. Gratamente sorprendida con esta ciudad, su cultura y sus gentes. Maravilloso y mágico»
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