Bigotes de gato para robots

Bigotes de gato para robots

Tratando de emular un magnífico sentido de los gatos.


 

Los bigotes («vibrisas» en su nombre formal) son unos sensores  extraordinarios. A modo de «pelos táctiles» permiten a los gatos un control muy preciso de su entorno. Son capaces de detectar el más mínimo cambio en la presión que reciben, lo que les permite medir con extraordinaria exactitud el tamaño del agujero en el que están introduciendo su cabeza, antes de aventurarse a entrar en él sin estar seguro de no quedarse atascados (otra cosa es que sean capaces de estimar adecuadamente en grosor del cuerpo que va detrás), o incluso guiarse en la oscuridad. La sensibilidad de sus bigotes les permiten también detectar pequeñas corrientes de aire, como las producidas por objetos que se mueven en su entorno. La dirección del aire, unido a su sentido del olfato, les puede indicar de dónde proviene determinado olor que les llama la atención. En determinadas circunstancias, incluso, los bigotes pueden detectar las vibraciones del sonido que les rodea, algo que a veces resulta sorprendente en el caso de gatos sordos.

Bigotes de gato

 

Un equipo de científicos del Berkeley Lab y la Universidad de California en Berkeley está investigando para desarrollar lo que podrían ser unos bigotes de gato para robots.  Su objetivo es emular estos magníficos sensores que son los bigotes de gato para usarlos en aplicaciones de todo tipo, entre ellas la citada implantación de éstos a robots. Al producto de su investigación aplicada, lo han llamado «e-Wiskers» («bigotes electrónicos»). Aquí el resultado publicado del estudio.

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Según Ali Javey, el director del equipo, los bigotes construidos «consisten en fibras elásticas recubiertas con láminas de compuesto de nanotubos de carbono y nanopartículas de plata», y ofrecen una sensibilidad diez veces superior a cualquier otro sensor de presión construido hasta el momento. Como prototipo han creado un sensor para realizar mapas en 3D del flujo de aire en un entorno (quizá el futuro ultra-preciso de los túneles de viento), pero lo apasionante es el resto de nuevas funcionalidades que esta tecnología que emula uno de los sentidos de los gatos pueda tener en robótica, en interfaz hombre-máquina, y en otras aplicaciones biológicas.

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¿Os imagináis un robot con gran sentido del tacto, o capaz de «sentir» lo que se mueva a su alrededor? o mejor aún, ¿Un robot midiendo el espacio libre bajo el armario del salón? ;)

 

 

Pelea de gato y robot

 

1 COMENTARIO

  1. No creo que la ciencia sea capaz de emular las vibrisas de un gato. No son simples instrumentos de medición sino también flexibles herramientas de comunicación:
    en forma de abanico y hacia adelante – interés y disposición a la acción (y también al ataque)
    orientación lateral (no en abanico) – relajado, contento
    hacia atrás y muy juntos – cautela, timidez, miedo
    si de está posición cambia de golpe hacia arriba y se abren – dispuesto a defenderse (unido a bufido).

    Y los bigotes no son las únicas vibrisas que posee: tiene también encima de los ojos, una o dos en las mejillas, en el mentón y en la zona del carpiano en las patas delanteras.

    Están ya plenamente desarrollados en un gatito neonato, al contrario que la vista y el oído y muchas gatas los muerden para acortarlos y así frenar a sus aventurera prole.

    Cuando un gato transporta una presa o a su cría, los rodea con las vibrisas para detectar cambios en su posición.

    Si notas que a tu gato no le gusta el cuenco de comida o agua, puede ser que sea demasiado estrecho y choca con estos sensores ultrasensibles. Sobre todo los gatos con bigotes muy largos agradecerán un plato más plano.

    Saludos felinos.

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